31 de diciembre de 2010

¿Zombi o borracho?


Queridos amigos milenaristas, creo que éste es un asunto de vital importancia, dado el momento en que nos encontramos. Esta noche bien podría ser la última para muchos de nosotros si no tenemos en cuenta el siguiente consejo. ¿Cómo diferenciar a un zombi lento de un ser humano embriagado como una cepa? La cosa no resulta fácil, como podréis apreciar en la siguiente imagen.



¿Cuál es la principal diferencia entre ambas figuras postradas? Pues casi casi ninguna. He tenido a bien señalar la que me parece más evidente: uno sujeta un antebrazo sanguinolento y el otro un vaso que contiene, presumiblemente, una bebida alcohólica. Pensadlo bien, pues esto puede ser el único signo que diferencie a uno de otro. Ni heridas, ni habla balbuceante, ni andares patizambos, ¡nada! ¿Y si el zombi no se está tomando un tentenpié, o el borracho ya no encuentra más alcohol que llevarse al gaznate? Entonces sólo me queda recomendaros una cosa: ¡CORRED POR VUESTRA VIDA!

Feliz año nuevo a todos.

PD: para el año que viene, y no sin asumir muchos riesgos, dejamos las diferencias entre el zombi rápido y el cocainómano.

27 de diciembre de 2010

Unas fiestas muy zombi


Hoy os traemos un corto rodado siguiendo el espíritu años cincuenta al que Fido diera la fama y que tantas otras veces hemos visto adaptado a los múltiples decálogos de supervivencia zombi que hay.

24 de diciembre de 2010

Hare Christmas!


¿Qué mejor regalo, llegado el apocalipsis zombi, que estar de los tuyos rodeado y en ausencia de necrosis?

Y una última petición: no me sean imbéciles y no salgan a las calles con petardos. Resultan molestos, peligrosos (sobre todo para quien los esgrime) y asustan, mucho, a los animales. No sería la primera vez que un animal de compañía se pierde por culpa de la pirotecnia o resulta atropellado en su loca búsqueda de seguridad. Por otro lado, atraen a los zombis (no hagan caso a Romero, que lleva años errado).

13 de diciembre de 2010

Valoración de la primera temporada de The Walking Dead


A mí el sabor que me ha dejado en la boca la primera temporada de la esperadísima adaptación del universo zombi de Kirkman es agridulce. Y soy de los de salsa de soja... HABRÁ algo de SPOILER.

La serie comenzó de una manera soberbia y espectacular pero pronto se vino un poco abajo. Su primer episodio a todos nos entusiasmó, no así el segundo, que caía un poco situaciones reiterativas sin pizcha de chispa ni originalidad. Y esto mismo es lo que le sucede a partir del capítulo 3 o 4 a la serie de Frank Darabont, que alternará curiosas situaciones bastante dignas, el ataque al campamento, la premonición de cavar fosas, la polémica acerca de los enterramientos de los cadáveres de miembros del grupo, las despedidas de miembros de la caravana de supervivientes, con otras manidas y que dejan muy claro el nivel de intelecto que se precisa para seguir la líneas propuestas por los guionistas.

Señores, sin ánimo de ofender, pero si ven ustedes que no se les ocurre nada mejor que añadir el personaje de una ancianita líder carismática de una banda de peligrosos pandilleros urbanos, el de la mujer víctima de malos tratos, o el del doctor chalado presentado al estilo Desmond Hume en LOST con ganas de suicidarse metidito en el búnker experimento va, experimento viene, casi mejor que se ciñan un poquito más a la obra y no traten tanto de satisfacer nuestras ansias de renovación milenarista. Si la van ustedes a cagar, mejor esténse quietecitos y no me toquen nada. Con lo fácil que lo tienen, con ese magnífico guión, bastaba con jugar con el tempo y desarrollar seis acontecimientos relevantes, uno en cada capítulo.


Si el capítulo de las bandas integradas por bellísimas personas que fingen ser sanguinarios asesinos te deja un tanto perplejo (un intercambio de rehenes un tanto chusco), el del doctor que usa su propio aliento a whisky como salvapantallas ya es para mear y no echar gota. Del qué bueno es el doctor al qué malo es el jodío pasamos en menos de 24 horas. Y con razón, porque mira que venir ustedes cuando falta menos de un día para que esto se ponga como la entrepierna de un gremlin dentro de un microondas. Si yo me iba a morir, caray, pero casi mejor les abro la puerta y así les mato también a ellos. Pero luego les voy a perdonar, porque a fin de cuentas ellos no tienen la culpa de que yo haya sido siempre un inútil, y esto fracasa porque yo he fracasado, así que les abro un puerta y les digo con una sonrisa «¡tontorrones, que era broma, venga tirad palante e id por la sombra!», y Rick se va pero cuando pasa a mi lado le digo lo de que Lory está ambarazada, el caso es decir algo que no se oiga para que la gente hable de ello en los foros. Y entonces se van ignorantes de que les espera la muerte inexorable en forma de cristal irrompible. Menos mal que estaba por ahí la granada para salvar el día. No hay por donde coger esta situación.

Si en un lado de la balanza colocáramos la aventura vivida en la colonia de chalets llena de nieve donde se refugian los personajes de Kirkman y en el otro el asunto este del doctor y el CDC se vería con claridad lo que sucede con esta serie, que no tiene el talento del guión original y por ello palidece. Si fuera original, probablemente nos habría satisfecho más, aun cuando sus limitaciones sean evidentes. Cualquier persona que se haya leído el cómic te diría, siendo honesto, que es la versión para niños del cómic de Kirkman.

Mi deseo para la segunda temporada es que exploren lo menos posible fuera del esquema de Kirkman. ¿Por qué? Porque les sale mal.

2 de diciembre de 2010

Cómo se hizo The Dead, de los hermanos Ford


Ya hablamos en zombiblogia de lo buena que promete ser esta película, colgamos su último trailer y comentamos, con motivo de una entrevista a Howard Ford, codirector, lo difícil que resultó el rodaje de la misma en Burkina Faso: malaria, sobornos al ejército, robos y mil y un desvelos más para la producción.

Esta película se ha estrenado en algún que otro festival ya, como el de Sitges, aunque allí resultara un tanto maltratada, dado que sólo hicieron un pase de la misma, con motivo del maratón de cine zombi; esta película se merecía sus tres pases en salas y horarios distintos, pero en fin... Lamentablemente, este año me fue imposible acudir a Sitges, así que a día de hoy aún no he conseguido posar mis ojos aterrados por sus fotogramas llenos de polvo africano, sangre y milenarismo del bueno. ¡Y mira que la busco todas las semanas por ahí! Ya me entendéis...

Buscándola, como digo, he dado con unos vídeos realizados por los propios directores durante el rodaje de la película, donde podemos ver los innumerables problemas que mencionó Howard en la antedicha entrevista. Los vídeos tienen ya unos cuantos meses, no se trata de ninguna novedad, pero desde aquí quiero romper una lanza por el trabajo que han llevado a cabo con la realización de esta interesantísima película, que a buen seguro satisfará nuestras ansias de zombis y milenarismo. Si alguno tuvisteis ocasión de verla o conocéis algún enlace mágico, por favor, compartidlo con los demás (porque si ni en Sitges se le dio el reconocimiento que merece, dudo mucho que llegue a estrenarse en ningún lado, por no hablar de que se distribuya fuera de los EE UU en DVD).

Con todos ustedes, el behind the scenes o making of, como lo llaman por ahí, de The Dead de los hermanos Ford.





Me encanta cuando Howard dice que lo que más personas mata en África es la malaria ¡y ellos están rodeados por mosquitos todo el día! Y luego comenta que el Ak-47 también está ahí, a la zaga del mosquito, y enfoca entonces una veintena de fusiles de asalto por el suelo de su habitación.

Realmente, si la hubiera rodado Terry Gilliam no habría tenido más problemas que los pobres hermanos Ford...

Para finalizar, os dejo con un vídeo de una pequeña entrevista a los directores, al productor ejecutivo y al actor principal.

1 de diciembre de 2010

Morsure, infección zombi a la francesa


Sin duda es un pecado, y de los gordos, que yo no hubiera reparado en este fabuloso corto que vio la luz en 2008. En Morsure veremos cómo una mujer herida vaga por el bosque mientras es perseguida por su marido, escopeta en mano y el grito al viento. Evidentemente, sólo por el título ya sabemos de qué va, y la máscara de violencia de género pronto se caerá por sí misma en cuanto el marido llegue a la granja vecina donde han acogido a su mujer.

Lo que más me ha gustado es la calidad de la fotografía. O bien han contado con los medios para rodar de noche e iluminarlo todo como Dios manda, o han logrado que lo parezca. El maquillaje de la zombi en cuestión no me seduce tanto como sus movimientos, que son totalmente animales y salvajes.


Su director, David Morlet, se hizo famoso el año pasado con Mutants, otra de las películas pertenecientes a la nueva ola zombi francesa, enmarcada en ese resurgir del horreur bleu de los últimos años. En lo que respecta a Mutants, debo decir que no me gustó. Recuerdo que la vi con Blogger in the Shadows y no nos satisfizo a ninguno. Poco más tengo en mente sobre ella. Mucho correteo y muy poco milenarismo. Igual debiera verla de nuevo para refrescarme la memoria, pero haberla olvidado casi por completo en unos meses ya me dice bastante.

28 de noviembre de 2010

Zombies in Retroland


Gracias a Frodo, un amigo milenarista, pude hincarle el diente infeccioso a este suculento vídeo de animación de espíritu retro creado por Hairburger, un ilustrador inglés que comparte dos de mis intereses más profundos: los zombis y los gatos.


¿Hay algo peor que un zombi lento o un zombi rapido? Pues sí. Uno retrolento o retrorrápido. Juzgad vosotros mismos...


No dejéis de echarle un vistazo a sus Oompa Loompa Zombies tampoco («Small orange bitey things, angry as can be»).

27 de noviembre de 2010

Milenarismo evangelista, pedófilo, proxeneta y antisistema


¿Pueden añadirse todos estos adjetivos a nuestro bien amado milenarismo? Pues sí, queridos amigos de zombiblogia; el artículo de hoy aúna todos estos matices bajo un mismo techo, porque hoy hablamos de la secta setentera Niños de Dios (Children of God), que fundara en 1968 un tal David Berg. Menudo pájaro. Y con este artículo creo que bien podría inaugurar una nueva sección: la de las sectas apocalípticas.

Nacidos de un seno hippie antisistema, pronto se tomaron al pie de la letra lo de amarás al prójimo y, sobre todo, lo de dejad que los niños se acerquen a mí. En los enlaces anteriores podéis leer lo que dice la wikipedia de su secta y de su fundador: lo que empezó como una promulgación del amor libre, por considerar el amor en pareja como algo egoísta, acaba con abuso de menores por doquier, lavados de cerebro que ni el mejor cult exiter puede solventar y un millar de denuncias por forzar a mujeres a ejercer la prostitución. Cabe destacar el método que empleaban para captar adeptos: el flirty fishing, como ellos lo llamaban. Literalmente pescar flirteando, aunque lo podríamos traducir algo más poéticamente como «pesca con chichi» (en vez de «con mosca»). Más información de la pesca con chichi en este vídeo, donde una de las hijas de David habla del tema. Me ha resultado muy curioso descubrir que los padres de Joaquin y River Phoenix fueron misioneros de esta secta, pero que precisamente la práctica de la pesca con chichi les desagradó sobremanera y la abandonaron.


Lo más interesante (para nosotros, claro) de todo es que el tal David Berg era un milenarista de los pies a la cabeza. Que sí, que le gustaban mucho los niños, sí, y ventilarse a todas sus parroquianas una detrás de otra, pero este buen hombre tenía un profundo sentimiento apocalíptico, y por eso se ha ganado un lugar en zombiblogia. Como buen sectario apocalíptico que se precie, predijo numerosas catástrofes que nunca llegaron a cumplirse. La más conocida de todas fue la de que un cometa destruiría EE UU en 1973 o 1974 (imagino que el baile de años sería para no pillarse mucho las manos, algo totalmente comprensible). También afirmó, y aquí es cuando ya se torna completamente apocalíptico, en el sentido bíblico de la palabra, que la Gran Tribulación comenzaría en 1989, y que la segunda venida de Jesucristo tendría lugar en 1993.


David Berg moriría un año después, imagino que pensando que si no fue en el 93, casi seguro que era ese mismo año y que se lo perdería. Qué pena más gorda.


Lo más divertido de todo esto, y el verdadero motivo para hablar de toda esta historia de Children of God y su barbado fundador, si es que hay algo que pueda tomarse a la ligera y con sentido del humor, es que como buena secta evangelista realizaron numerosos videoclips (motivo por el cual he reparado en la existencia de este personaje, merced a un vídeo de youtube «embebido» en el blog del maese Copépodo). En dichos videoclips pretenden adoctrinarnos con sus basuras las más de las veces, pero hay uno de ellos que es francamente desternillante y milenarista a más no poder: se titula Faltan diez minutos en su versión española, aunque aún no entiendo por qué faltan diez minutos si el presidente de los EE UU anuncia que faltan veinte, pero en fin, aquí lo tenéis para vuestro inhumano disfrute. Sé que sabréis apreciarlo como merece, aunque su visionado pueda provocar terribles pérdidas de cordura...


Y ahora lo más escalofriante de todo: Children of God SIGUE EN ACTIVO y operando a nivel internacional. Ahora se llaman The Family International. Mirad su web oficial en lo relativo a su fundador, ¡nuestro querido David! Esta organización se reviste de un halo misionero chusco y funda en Valencia, por ejemplo y sin ir más lejos, las Comunidades Misioneras de Levante. Como todo esto rebasa mi afán apocalíptico, el que quiera más información podrá encontrarla aquí, sobre todo aquí pero hay que saber inglés, y, cómo no, en el rincón del vago. Cómo está el patio, amigos... Los vídeos de «El desván del tío Iván», que podéis encontrar en youtube o comprar (jajaja), la revista Conéctate, o Aurora Producciones son el mismo perro con distinto collar.

17 de noviembre de 2010

2010 Zombie Safe House Competition


Architects Southwest ha patrocinado un evento interesante, hermoso y divertido a un tiempo: una competición entre arquitectos para diseñar la mejor fortaleza posible para sobrevivir a un Apocalipsis Zombi: Zombie Safe House Competition.

Lamentablemente, la votación ha terminado en estos momentos, lo que significa que ya hay un ganador. El concurso de 2010 (hay que estar más atentos para enterarnos a tiempo de la que tendrá lugar el año que viene) tenía cuatro proyectos finalistas. Primero os mostraré los tres que no lograron alzarse con el galardón de este año.

1. 40 day Z pod: cubículo la mar de extraño y de diseño muy poco trabajado. Realmente es el peor de todos, ya no sólo por su diseño, un maldito y simplón cubo, sino porque asume una idea de zombi un tanto benigna: que los muertos vivientes sólo están activos de noche. En general es un proyecto que adolece bastante falta de interés por quienes lo «diseñaron». Es más gracioso que interesante.



2. Mountain Getaway: preciosa ilustración de un torreón fortificado en las motañas con un par de vías de escape muy interesantes pero poco efectivas llegado el caso. Quiero decir, que es muy hermoso eso de tener un globo aerostático suspendido ahí todo el día (aunque lo veo poco factible, pues mantener el aire caliente en su interior todo el rato supondría un gasto inviable de todo punto), amén de un barquito amarrado flotando en ese tramo soterrado del río. Pero si los zombis llegan hasta nuestra fortaleza ubicada en las montañas: ¿adónde pretendemos huir en barco o en globo? De cualquier manera, es una buena política tener estas vías de escape como último recurso, aun cuando no hagan otra cosa que ralentizar nuestro inevitable fin. Se hace necesario que se trate de zombis lentos romerianos, a los que les supondría mucho esfuerzo moverse por el entramado de tramoyas, cuerdas, puentes colgantes, etc., que compone nuestro refugio. Como sean parkour zombies, vamos de ala...


3. Sears Roebuck 003-b: hermoso diseño de fortaleza antizombi creado basándose en las casas de venta por catálogo de Sears Roebuck and Co. Parte de la premisa de que en previsión de que estalle un Apocalipsis Zombi, hemos encargado que nos planten en el jardín (el que lo tenga) o en una parcelita mona (el que la tenga) este mamotreto hermoso, funcional y terriblemente postapocalíptico. Una pena que todo se quedara en el diseño exterior y no concretaran más los distintos departamentos que lo componen, porque hubiera dado de sí mucho más. Y algo que me preocupa son esas escaleritas que llegan hasta el nivel del suelo y que permitirían que los zombis nos dieran alcance si vienen en gran número, cosa que seguro que acabaría sucediendo.



Y ahora el ganador por mérito propio, dado que es el proyecto más elaborado de cuantos compitieron este año: el SS-Huckleberry, un barco (se trata más bien de un remolcador y diversas plataformas, un trenecito acuático postapocalíptico, si me lo permitís) que nos permitirá desplazarnos por el Mississippi, para lo que está pensado, o por cualquier otro río navegable, con total calma, seguridad y con un buen surtido de víveres y una fuente inagotable de combustible: ¡los propios zombis! Prestad atención a la parte en la que se explica como sintetizar zombie diesel. Consta del barco propiamente dicho, equipado con una grúa, un todoterreno y varias ametralladoras de posición de gran calibre, y de tres plataformas, cada una dedicada a un apocalíptico menester: vivienda, granja y almacén. Imaginaos formando parte de la tripulación de este crucero milenarista por un Mississippi de orillas cuajadas de muertos sedientos de vuestra carne y vuestra sangre...


Os quiero ver a todos trabajando para presentaros a la edición próxima, 2011 Zombie Safe House Competition. Si queréis estar al tanto de los detalles de la edición del año que viene, uníos («me gusta») a su página de facebook de Architects Southwest.

12 de noviembre de 2010

Crítica sobre The Walking Dead, la serie


Antes de nada quiero agradecer los incontables comentarios jocosos acerca de mi mutismo bloguero. Pues nada, tras meses de parón indiscriminado y unilateral, Z0MBI regresa a sus pantallas. Ignoro con qué intensidad o regularidad. Después de todo este tiempo a mis pútridos músculos les cuesta moverse con agilidad, así que no prometo nada. A partir de ahora seré un zombi lento, romeriano, no como antes, que era de Danny Boyle, de los de a entrada diaria casi. Sin más digresiones, retomo el asunto de este artículo... y aviso que si alguien no ha visto los dos episodios, haré algo de spoiler de los aspectos que se salen de la trama del cómic.


Si hay algo que todos deseábamos era esto. Que hayan tardado tanto en realizarlo se lo podemos perdonar, sobre todo después de ver el primer episodio, magistral de todo punto. Resulta curioso que la pérfida Albión con su suculento y terrorífico Dead Set fuera la primera, pero ahí está el Tío Sam para poner las cosas en su sitio y reclamar para sí el monstruo que, a fin de cuentas, ellos mismos crearon a finales de los sesenta: el zombi mordiscón.


El primer episodio es francamente memorable, pues nos introduce a la perfección y de golpe y porrazo en ese nuevo mundo donde los muertos han dejado de estarlo y andan en pos de uno para comérselo. Resultan también estupendos y sumamente creíbles los diálogos entre ambos policías en el interior del coche, y es de agradecer que arrojen la comida a la papelera, porque nadie la arroja desde el coche como Nick Nolte, y cualquier intento de imitar este aspecto resultaría ridículo.  El detalle de las flores marchitas es estupendo y muy cinematográfico, y que Rick se despierte respondiendo por fin a su amigo al respecto de habérselas traído en semejante jarrón, resulta perfecto. Y entonces trata de incorporarse y todos sabemos lo que se va a encontrar. Aquí debo hacer un inciso y mandar callar a muchos que veían en el inicio del cómic un argumento para defender la falta de originalidad y la legitimidad de los «préstamos literarios» o «inspiraciones» en el género zombi. Tanto el inicio de 28 days later y del cómic The Walking Dead (y por ende de la serie), con el protagonista despertando en un hospital e ignorante de cuanto ha acontecido a su alrededor mientras dormía, es simplemente un claro homenaje a una de las mejores novelas apocalípticas de todos los tiempos: The Day of the Triffids. Esto ya lo he dicho cien veces, pero ahí va, ciento una. Y no es más que eso, luego nada tiene que ver la acción desarrollada con la obra de Wyndham. Eso es lo que se conoce como homenaje. Los plagios son otra cosa.


Uno de los aspectos a destacar de la serie es que la disfrutas más, si cabe, si eres lector de la serie homónima de cómics por todos los aspectos diferentes que introducen en ella. Evidentemente, todos los lectores de la misma ardían en deseos de que se llevara a la pequeña pantalla, de ahí que tuvieran que tener especial cuidado con el tratamiento que le daban a la misma. Si optaban por contar las cosas tal y como tenían lugar en el cómic, sinceramente, yo me habría aburrido sobremanera. De ahí que valore tan positivamente los cambios introducidos: la niña muerta andando entre los coches (en un ambiente que le hace al lector del cómic pensar que bien pueda tratarse del camping que han montado Lory y los demás a las afueras de Atlanta), que no abra la puerta que da a la cafetería del hospital, con esas manitas muertas pugnando por abrirse paso hasta nuestro protagonista, las cerillas en las tétricas escaleras, ¡una última cerilla, enciéndela, caray, que te la estás jugando!, el tanque, por Dios, ¡el tanque!, qué gran idea, qué gran momento, qué risas, qué estruendo supone disparar en su interior, impagable, la concatenación de eventos entre la muerte de la zombi de la bici, pobrecica, junto con el intento, fallido, por parte del padre de matar a su mujer con el rifle... todo una maravilla.




Como digo, el primer episodio es francamente estupendo de principio a fin. Tras verlo, tocaba esperar siete días con sus interminables noches para hincarle el diente infeccioso al segundo. Y aquí tengo que decir que el segundo episodio ya no me sedujo tanto. A ver, entendedme, me gustó, pero no lo vi ni la sombra del primero por varios motivos. Si en el primero los cambios introducidos en la trama me parecían perfectos, en éste ya no los vi con tan buenos ojos. Que nos metan ahí a cholón la friolera de casi una docena de survivors en Atlanta me pareció exagerado y con poco sentido. La única razón que le veo es que HAY POCO PRESUPUESTO para rodar en las calles y llenarlas de zombis. De hecho, los zombis que vemos en este segundo episodio están menos trabajados que los del primero. El zombi de las alcantarillas no está muy allá, la verdad, así como algunos de los que se cruzan por las calles cuando van untados de carne podrida, por no hablar de las propias calles, que no me convencieron mucho la verdad, no me resultaron creíbles. ¿Por qué tanto papelito? ¿Acaso la gente se hizo barricadas con paquetes de folios? Entre tanto papelito al vuelo, yo me esperaba encontrar en consabido periódico que rezara «The Dead Walk!», pero no, y lo eché de menos. Pero eso no tiene importancia. Lo que sí la tiene es que nos metan un montón de supervivientes para que se pongan a hablar entre ellos delante de la cámara y ralenticen la acción hablando de colgantes de sirenitas, de si lo robo o no lo robo, cuando, por Dios, estás a menos de seis metros de una miríada de muertos vivientes de los que te separan unas malditas puertas de cristal. Le vi poco sentido a eso, la verdad, aunque me gustó que la cámara nos mostrara en esa escena los maniquíes, objeto importantísimo tan observado en grandes películas del género apocalíptico como Dawn of the Dead (1978), The World, the Flesh and the Devil, Quiet Earth o I am Legend.


Por no hablar de que cuando Rick se lía a hachazos con el cadáver de un muerto, el grupo de supervivientes estén ahí, en corrillo, mirando lo que hace y poniendo caras de asco, pero sin apartar la mirada, ay que asco me da pero esto no me lo pierdo, parecían pensar. Un tanto ridículo, ¿no os parece? Lo más sensato hubiera sido que el resto de supervivientes quizá empezara en corrillo, pero que luego se apartaran a vomitar a una esquina más tranquila, ¿no? Vamos, que yo no me quedo ahí mirando sin parpadear con cara de espantado y perdiendo cordura. Ahora que estoy viendo la escena con detenimiento, buscando una captura que refleje el absurdo que comento, me he percatado un fallo de raccord en los guantes del superviviente, creo que es Morales, el taco-bender, jeje, que releva a Rick en la tarea de desmembrar el cadáver: están limpios antes de coger el hacha y el casco, cuando recoge el instrumental descuartizador están impregnados de vísceras y luego vuelven a estar limpios cuando se dispone a acometer la tarea. Una tontería que no tiene mayor importancia, pero ahí está.




En cuanto a lo de untarse de carne muerta para despistar a los zombis, sinceramente, es algo que no me gustó ya en el cómic. Sobre todo porque es algo que, a excepción de Michonne, nadie vuelve a utilizar en absoluto, lo que resulta del todo ridículo. Pero voy más allá: siempre que se alude a los sentidos de los muertos a mí me entra la risa floja. Que si huelen, que si oyen, que si ven... ¡pero si están muertos, si no tienen ojos, si no tienen narices algunos, qué (coño) van a oler, ver y demás! Quizá el oído es el único sentido que pueda parecerme sensato que conserven. Aunque yo siento predilección por no hablar de sentidos convencionales y dotar a los muertos de un sexto sentido que parece indicarles que en ese edificio hay seres vivos, o que en esa dirección acaba de pasar un grupo de supervivientes bien fresquitos. Pero ver a Rick y al oriental cruzando esas calles de Atlanta impregnados de carne muerta, con una tripilla colgando que otra y andando como zombificados, me recuerda inevitablemente a Simon Pegg haciendo el zombi con sus colegas en Shaun of the Dead, no sé si me explico.



¿Y la llave de las esposas? Ya es (puta) casualidad que se le caigan por el sumidero. Hubiera quedado todo mucho más sensato y creíble, si el negro apaleado y ofendido le hubiera dicho, «amigo, ahí te quedas, por cabrón», y que luego, en un ataque de remordimientos, le hubiera cerrado la puerta de la azotea para que no se lo comieran los zombis, pensando, «total, no tiene muchas opciones de escapar...». Si lo que querían era gestar a un enemigo terrible que les vaya a fastidiar su tranquilidad campera (porque claro, el tipo éste sabe perfectamente dónde está su campamento), bastaba con hacer lo que digo o alguna otra cosa con más sentido y menos «casualidades de la vida».


Si nos paramos a analizar cómo escapan los supervivientes del edificio, parece que nos encontremos con otro «homenaje» al género, aunque esta vez ese homenaje a mí no me funciona y me parece más un «no sé salir de este lío si no es tirando de algo que ya han hecho otros». ¿No os parece que su método de escape es muy similar al de los supervivientes que llegan a bordo de un camión al centro comercial del remake de Snyder? Con la diferencia de que unos salen y otros entran, pero el rollo es básicamente el mismo. Y pensar que todo esto se lo podrían haber ahorrado de no meter ahí la friolera de casi una docena de supervivientes... ¿Pero no era una misión de aprovisionamiento? ¿A santo de qué entonces van para allá tantos, si lo que hacen así es atraer más y más zombis? 


Un cambio que me parece curioso es el de Lory. En el cómic se nos muestra que su relación con Shane es más fruto de la desesperación y el miedo que otra cosa; de hecho, ella le ha rechazado una vez que se han encontrado más seguros en el campamento, pero en la serie le dan un cariz interesante y es que, si bien se siente algo cohibida con la visión de su alianza colgando del collar, poco tarda en quitársela y dejarla sobre el césped para disfrutar de las pocas cosas que le permiten sacarle jugo a la vida, tal y como están las cosas. Este es un cambio que me agrada, porque ignoro dónde puede ir a parar... ¿Os imagináis a Lory ofreciéndoles un trío amoroso, como la protagonista de The World, the Flesh and the Devil?


En resumidas cuentas, que vistos los dos primeros episodios, mis sensaciones son positivas en general aunque con ciertas reservas en lo que se refiere al segundo. Y me resulta curioso que justo lo que vi muy positivamente en el primero, esto es, los cambios en la trama con respecto al cómic, sea precisamente lo que más me chirría del segundo. En fin, que me está gustando mucho, no os creáis lo contrario, pero que os quede claro que esta serie tiene poco presupuesto y que casi todo se lo ha llevado el bueno de Nicotero, y que pese a ello ha obtenido un resultado irregular. De cualquier manera, seguiré disfrutando como un enano de cada episodio, me guste más o menos, poco importa. Es una maravilla ver a Rick en las pantallas y que no se trate de un fan video (que algunos están muy bien, como el de las llamadas telefónicas, pero saben a poco). No cabe duda de que lo mejor está por llegar, sobre todo en su segunda temporada, cuando a buen seguro llegarán a la cárcel...

Y una última recomendación: mejor vedla en versión original con subtítulos, si queréis, pero en inglés, de veras. El doblaje me ha parecido francamente malo, amén de que la han cagado en un par de cosas, cambiando el sentido de algunas frases. Por ejemplo, cuando el padre comprueba si tiene fiebre y dice «le está bajando», Rick espeta «no creo que tenga fiebre», a lo que el padre le contesta «lo notarías». Realmente en inglés dice «no tiene fiebre», «no creo que tenga fiebre» y «NO LO NOTARÍAS». Que le diga «lo notarías» no tiene el menor sentido. En fin, que tampoco me he visto entero el primer episodio doblado, la verdad, pero desde aquí desaconsejo totalmente su visionado basándome exclusivamente en este diálogo. Además, como digo, el doblaje me parece muy mal conseguido y le resta verosimilitud.

Y una última pega, por ponernos pejigueros ya, pero que es más una queja genérica contra todos los encargados de efectos especiales del género zombi: ¿a qué tanta sangre dentro de una cabeza muerta? Esto es algo que siempre me ha parecido un error y quizá más un débito al cine gore que otra cosa. A los muertos en sus ataúdes se les va la sangre a la espalda, de ahí la lividez de los rostros. La gravedad es la gravedad, amigos. Dado que los muertos vivientes no se están quietos y andan, la sangre debiera agolparse en sus patitas y éstas adoptar un tono negruzco. Pero al poco tiempo esa sangre se seca y punto. Así que no hay sangre que salpique en la cabeza de un zombi, pero bueno...


PD: si alguien no ha visto los dos primeros episodios, que me perdone el spoiler y que se los descargue de Vagos, por ejemplo, que los tienen subidos ahí de todas las maneras imaginables.

7 de agosto de 2010

¡Llenen sus bañeras de agua!


El incendio que se cierne sobre Moscú amenaza con alcanzar instalaciones militares y nucleares. Acabo de ver el mapa con el avance del incendio y su tamaño es francamente impresionante. Y mientras siga pesando sobre sus cabezas la sequía más dura del último siglo y pico, la situación no parece mejorar. Más bien al contrario. Sírvanse amenizar la lectura y edulcorar la píldora milenarista de cada día escuchando una canción mítica.


Se acusa al gobierno de incompetencia y de carecer de la menor capacidad organizativa ante el desastre. Amén de que hayan puesto su mayor afán hasta la fecha en extinguir el incendio en torno a lujosas villas. Pero esto, amigos, es mucho más grave que el asunto del Prestige. Aquello acabó por ser una gota más del vaso, un vaso que puede que se colme ahora, en torno a Moscú. Visto ahora con perspectiva, uno hubiera apostado a que, de haber un punto de inflexión en la curva del apocalipsis, éste estaría situado en Moscú. Y que la catástrofe sería nuclear, ¡por supuesto! Sólo os digo que los embajadores de Alemania, Austria, Polonia y Canadá han hecho mutis por el foro. La embajada española ha desestimado que nuestro embajador abandone el país por creer que no existe excesivo riesgo. Es como lo de Fraga en Palomares, pero sumergiéndose en las lenguas de fuego de una orgía en la que la combustión del oxígeno cohabita con la fisión nuclear mientras los isótopos del plutonio los observan y se tocan. Sumamente inquietante todo. Desde zombiblogia queremos hacer un llamamiento a la embajada española en Moscú: venid para acá, chicos. Si el fuego alcanza, por ejemplo, Chernobyl, la consecuencias serían sumamente terroríficas.Y mientras, en La India y Paquistán con inhundaciones bíblicas. ¿Lograron obtener armas nucleares alguno de ellos? Apostaría a que La India sí.


Y no es que surquen ya nubes de estroncio, cobalto y plutonio el horizonte moscovita, pero la zona está totalmente cubierta de un denso humo gris que dificulta mucho la visibilidad y la respiración, pues salir a la calle implica el mismo perjuicio que fumarse cuarenta cigarrillos. Hay algunos vídeos en youtube grabados por la gente desde el interior de sus vehículos, y las imágenes emitidas en los telediarios no son menos alarmantes. La realidad parece inspirada en The Mist...


Me encantan los tipos que graban su propia huida del pueblo en llamas. Sustituid las llamas por muertos vivientes y el resultado sería casi el mismo que hemos vimos en The Zombie Diaries primero y luego en Diary of the Dead. A continuación, dos minutos y cuarenta segundos de su viaje en coche por el séptimo círculo del infierno dantesco.

2 de agosto de 2010

Déjate morder, falso documental de Joan Bentallé

Joan Bentallé se puso en contacto hace un tiempo con zombiblogia para hacernos llegar, poco a poco, desgranada información cada vez más interesante acerca de su proyecto: un cortometraje en tono de falso documental acerca del personaje político del momento: el dirigente de un partido político poco común, el Partido Alternativa Zombi, PAZ.


La crisis económica no deja otra solución: hay que zombificarse, voluntariamente. ¡Déjate morder! Be one of us! ¡Muérdeme a mí!


Esto me recuerda cuando siendo muy joven, con ocho primaveras a mis espaldas, mi primo y yo hicimos un juramento de sangre: el primero que se convirtiera en vampiro acudiría al encuentro del otro y lo transformaría. Pues hoy, amigos, puede que haya llegado el día en que uno se plantee esto mismo con nuestros queridos muertos vivos. El sábado mismo por la noche le pedía yo a Blogger in the Shadow que ya no es que quisiera, caso de convertirme en zombi, que me abandonaran a mi suerte como el personaje aquél que se hinchaba a latas de judías en el campamento junto a Atlanta en The Walking Dead, que dejaran que me transformara a mi ritmo y ya me buscaría yo mis habichuelas, mis cerebritos.



Eso era antes. De un tiempo a esta parte, como expliqué a Blogger, deseo que éste me facilite una víctima nada más transformarme, que me tenga a alguien atadito al lado de mi cuerpo infecto, postrado y exangüe, al que pueda hincarle el diente infeccioso en cuanto engrose las huestes de los morts vivants. Quisiera saber qué se puede llegar a experimentar al morder un trapecio humano cuando éste es tu plato favorito.



Claro que si partimos de la idea de que los zombis carecen absolutamente de inteligencia (pensamiento colmena, lo acepto, igual también tienen asertividad para aburrir, porque cuando dicen sí quieren decir sí, eso está claro, pero inteligencia emocional NO pueden tener), todo esto podría carecer de sentido. Lo terrible de convertirse en zombi es dejar de ser tú para no sólo ser nada a partir de ahora, sino que tu cuerpo se reanima, se pudre, se lía a andar por esos caminos de Dios y a mordiscos con todo ser vivo que se cruce en su camino.



Eso es terrible. Pero si el muerto viviente resultante tiene sentido del humor, mal carácter y una mirada paternalista, la cosa cambia y no está tan mal después de todo. Y esto es lo que le sucede a Joan Bentallé en su corto Déjate morder, pues las dosis de quimioterapia que recibía, antes de ser zombificado, han surtido un extraño efecto en su cerebro y éste todavía funciona... con sus más y sus menos, todo sea dicho de paso.



El corto me ha parecido excelente, muy bien realizado, y el aire de falso documental, un género que despuntó hará ya unos años, está muy bien conseguido. De momento os puedo ofrecer las fotos que habéis visto aquí arriba, su web oficial y su trailer:

26 de julio de 2010

Escucha el especial zombi de La parada de los monstruos


Como os anuncié el viernes pasado, tuve el honor de participar en el programa especial de cine zombi de La parada de los monstruos.

En este enlace podéis escuchar las dos horas de programa, dos horas que se nos quedaron cortas, de tantas cosas que teníamos que decir al respecto y de lo bien que nos lo pasamos charlando entre nosotros. Viruete admitió que debiera prepararse un ciclo de programas dedicados al cine zombi para ir tratando década a década las películas más importantes de nuestro querido género.

Amigos de La parada, podéis contar conmigo para formar parte del freak team cuando deseéis, hablemos de zombis o hablemos de cualquier otra cosa.

24 de julio de 2010

Trailer de "The Walking Dead", la esperadísima serie


Hale, todo el mundo a llevarse las manos a la entrepierna. Lástima la calidad, pero eso creo que nos va a dar igual. Disfrutadlo como se merece.

23 de julio de 2010

Especial zombi en La parada de los monstruos


La parada de los monstruos es un estupendo programa de radio sobre el ayer y el hoy del cine y la cultura frikie. Si no lo habéis escuchado, no sabéis lo que os perdéis. Debiera sintonizarse en cada búnker el (incierto) día de mañana.


Este sábado (mañana) tendrá lugar un programa especial dedicado a nuestros queridos morts vivants. Y servidor ha tenido el gran honor de ser invitado a unirse a esa caterva de chalados iluminados. A buen seguro que lo pasaremos divinamente.

A parte del especial zombi, el resto de ingredientes del programa seguramente serán también de vuestro interés: el Centurión de Neil Marshall, Krod Mandoon and the Flaming Sword of Fire, la parodia de fantasía heroica del momento, y el Equipo A, restrospectiva de la serie y charla sobre la nueva película.




Podéis escuchar el programa en directo este sábado a las 17 horas en el 99.9 de la FM en Getafe, Radio Ritmo. O a través de internet. También se emite jueves a la misma hor en diferido en el 102.8 de la FM, Radio MAI.