31 de diciembre de 2010

¿Zombi o borracho?


Queridos amigos milenaristas, creo que éste es un asunto de vital importancia, dado el momento en que nos encontramos. Esta noche bien podría ser la última para muchos de nosotros si no tenemos en cuenta el siguiente consejo. ¿Cómo diferenciar a un zombi lento de un ser humano embriagado como una cepa? La cosa no resulta fácil, como podréis apreciar en la siguiente imagen.



¿Cuál es la principal diferencia entre ambas figuras postradas? Pues casi casi ninguna. He tenido a bien señalar la que me parece más evidente: uno sujeta un antebrazo sanguinolento y el otro un vaso que contiene, presumiblemente, una bebida alcohólica. Pensadlo bien, pues esto puede ser el único signo que diferencie a uno de otro. Ni heridas, ni habla balbuceante, ni andares patizambos, ¡nada! ¿Y si el zombi no se está tomando un tentenpié, o el borracho ya no encuentra más alcohol que llevarse al gaznate? Entonces sólo me queda recomendaros una cosa: ¡CORRED POR VUESTRA VIDA!

Feliz año nuevo a todos.

PD: para el año que viene, y no sin asumir muchos riesgos, dejamos las diferencias entre el zombi rápido y el cocainómano.

27 de diciembre de 2010

Unas fiestas muy zombi


Hoy os traemos un corto rodado siguiendo el espíritu años cincuenta al que Fido diera la fama y que tantas otras veces hemos visto adaptado a los múltiples decálogos de supervivencia zombi que hay.

24 de diciembre de 2010

Hare Christmas!


¿Qué mejor regalo, llegado el apocalipsis zombi, que estar de los tuyos rodeado y en ausencia de necrosis?

Y una última petición: no me sean imbéciles y no salgan a las calles con petardos. Resultan molestos, peligrosos (sobre todo para quien los esgrime) y asustan, mucho, a los animales. No sería la primera vez que un animal de compañía se pierde por culpa de la pirotecnia o resulta atropellado en su loca búsqueda de seguridad. Por otro lado, atraen a los zombis (no hagan caso a Romero, que lleva años errado).

13 de diciembre de 2010

Valoración de la primera temporada de The Walking Dead


A mí el sabor que me ha dejado en la boca la primera temporada de la esperadísima adaptación del universo zombi de Kirkman es agridulce. Y soy de los de salsa de soja... HABRÁ algo de SPOILER.

La serie comenzó de una manera soberbia y espectacular pero pronto se vino un poco abajo. Su primer episodio a todos nos entusiasmó, no así el segundo, que caía un poco situaciones reiterativas sin pizcha de chispa ni originalidad. Y esto mismo es lo que le sucede a partir del capítulo 3 o 4 a la serie de Frank Darabont, que alternará curiosas situaciones bastante dignas, el ataque al campamento, la premonición de cavar fosas, la polémica acerca de los enterramientos de los cadáveres de miembros del grupo, las despedidas de miembros de la caravana de supervivientes, con otras manidas y que dejan muy claro el nivel de intelecto que se precisa para seguir la líneas propuestas por los guionistas.

Señores, sin ánimo de ofender, pero si ven ustedes que no se les ocurre nada mejor que añadir el personaje de una ancianita líder carismática de una banda de peligrosos pandilleros urbanos, el de la mujer víctima de malos tratos, o el del doctor chalado presentado al estilo Desmond Hume en LOST con ganas de suicidarse metidito en el búnker experimento va, experimento viene, casi mejor que se ciñan un poquito más a la obra y no traten tanto de satisfacer nuestras ansias de renovación milenarista. Si la van ustedes a cagar, mejor esténse quietecitos y no me toquen nada. Con lo fácil que lo tienen, con ese magnífico guión, bastaba con jugar con el tempo y desarrollar seis acontecimientos relevantes, uno en cada capítulo.


Si el capítulo de las bandas integradas por bellísimas personas que fingen ser sanguinarios asesinos te deja un tanto perplejo (un intercambio de rehenes un tanto chusco), el del doctor que usa su propio aliento a whisky como salvapantallas ya es para mear y no echar gota. Del qué bueno es el doctor al qué malo es el jodío pasamos en menos de 24 horas. Y con razón, porque mira que venir ustedes cuando falta menos de un día para que esto se ponga como la entrepierna de un gremlin dentro de un microondas. Si yo me iba a morir, caray, pero casi mejor les abro la puerta y así les mato también a ellos. Pero luego les voy a perdonar, porque a fin de cuentas ellos no tienen la culpa de que yo haya sido siempre un inútil, y esto fracasa porque yo he fracasado, así que les abro un puerta y les digo con una sonrisa «¡tontorrones, que era broma, venga tirad palante e id por la sombra!», y Rick se va pero cuando pasa a mi lado le digo lo de que Lory está ambarazada, el caso es decir algo que no se oiga para que la gente hable de ello en los foros. Y entonces se van ignorantes de que les espera la muerte inexorable en forma de cristal irrompible. Menos mal que estaba por ahí la granada para salvar el día. No hay por donde coger esta situación.

Si en un lado de la balanza colocáramos la aventura vivida en la colonia de chalets llena de nieve donde se refugian los personajes de Kirkman y en el otro el asunto este del doctor y el CDC se vería con claridad lo que sucede con esta serie, que no tiene el talento del guión original y por ello palidece. Si fuera original, probablemente nos habría satisfecho más, aun cuando sus limitaciones sean evidentes. Cualquier persona que se haya leído el cómic te diría, siendo honesto, que es la versión para niños del cómic de Kirkman.

Mi deseo para la segunda temporada es que exploren lo menos posible fuera del esquema de Kirkman. ¿Por qué? Porque les sale mal.

2 de diciembre de 2010

Cómo se hizo The Dead, de los hermanos Ford


Ya hablamos en zombiblogia de lo buena que promete ser esta película, colgamos su último trailer y comentamos, con motivo de una entrevista a Howard Ford, codirector, lo difícil que resultó el rodaje de la misma en Burkina Faso: malaria, sobornos al ejército, robos y mil y un desvelos más para la producción.

Esta película se ha estrenado en algún que otro festival ya, como el de Sitges, aunque allí resultara un tanto maltratada, dado que sólo hicieron un pase de la misma, con motivo del maratón de cine zombi; esta película se merecía sus tres pases en salas y horarios distintos, pero en fin... Lamentablemente, este año me fue imposible acudir a Sitges, así que a día de hoy aún no he conseguido posar mis ojos aterrados por sus fotogramas llenos de polvo africano, sangre y milenarismo del bueno. ¡Y mira que la busco todas las semanas por ahí! Ya me entendéis...

Buscándola, como digo, he dado con unos vídeos realizados por los propios directores durante el rodaje de la película, donde podemos ver los innumerables problemas que mencionó Howard en la antedicha entrevista. Los vídeos tienen ya unos cuantos meses, no se trata de ninguna novedad, pero desde aquí quiero romper una lanza por el trabajo que han llevado a cabo con la realización de esta interesantísima película, que a buen seguro satisfará nuestras ansias de zombis y milenarismo. Si alguno tuvisteis ocasión de verla o conocéis algún enlace mágico, por favor, compartidlo con los demás (porque si ni en Sitges se le dio el reconocimiento que merece, dudo mucho que llegue a estrenarse en ningún lado, por no hablar de que se distribuya fuera de los EE UU en DVD).

Con todos ustedes, el behind the scenes o making of, como lo llaman por ahí, de The Dead de los hermanos Ford.





Me encanta cuando Howard dice que lo que más personas mata en África es la malaria ¡y ellos están rodeados por mosquitos todo el día! Y luego comenta que el Ak-47 también está ahí, a la zaga del mosquito, y enfoca entonces una veintena de fusiles de asalto por el suelo de su habitación.

Realmente, si la hubiera rodado Terry Gilliam no habría tenido más problemas que los pobres hermanos Ford...

Para finalizar, os dejo con un vídeo de una pequeña entrevista a los directores, al productor ejecutivo y al actor principal.

1 de diciembre de 2010

Morsure, infección zombi a la francesa


Sin duda es un pecado, y de los gordos, que yo no hubiera reparado en este fabuloso corto que vio la luz en 2008. En Morsure veremos cómo una mujer herida vaga por el bosque mientras es perseguida por su marido, escopeta en mano y el grito al viento. Evidentemente, sólo por el título ya sabemos de qué va, y la máscara de violencia de género pronto se caerá por sí misma en cuanto el marido llegue a la granja vecina donde han acogido a su mujer.

Lo que más me ha gustado es la calidad de la fotografía. O bien han contado con los medios para rodar de noche e iluminarlo todo como Dios manda, o han logrado que lo parezca. El maquillaje de la zombi en cuestión no me seduce tanto como sus movimientos, que son totalmente animales y salvajes.


Su director, David Morlet, se hizo famoso el año pasado con Mutants, otra de las películas pertenecientes a la nueva ola zombi francesa, enmarcada en ese resurgir del horreur bleu de los últimos años. En lo que respecta a Mutants, debo decir que no me gustó. Recuerdo que la vi con Blogger in the Shadows y no nos satisfizo a ninguno. Poco más tengo en mente sobre ella. Mucho correteo y muy poco milenarismo. Igual debiera verla de nuevo para refrescarme la memoria, pero haberla olvidado casi por completo en unos meses ya me dice bastante.