21 de octubre de 2009

B-17, los zombis de Heavy Metal


En 1981, Ivan Reitman, el que tres años después dirigiría Cazafantasmas, produjo una obra de arte de la animación que todos conoceréis: Heavy Metal. 



Para la realización de esta joya de la ciencia ficción de animación se mezclaron los desmesurados talentos de dibujantes como Richard Corben o Bernie Wrightson, entre otros, junto a magníficos guionistas como el ilustrísimo Dan O'Bannon, el papá de Alien (si os gusta Alien, os recomiendo encarecidamente los artículos que mi querido Alfie de Videodromo le está dedicando a la película a lo largo de esta semana, y que motivan que revise este clásico) y el guionista de Dead & Buried, una atípica y maravillosa película de zombis, o Lifeforce, aka Fuerza vital, tremenda historia de vampiros from outer space que acaba con muy buenas dosis de película de zombis, y director, como recordábamos el otro día al hablar de las zombedys, de The Return of the Living Dead, entre otros muchas hazañas, como su papel encarnando al sargento Pinback en Dark Star, una curiosa comedia de ciencia ficción de Carpenter.



Heavy Metal aglutina diferentes historias de ciencia ficción que giran en torno a una extraña esfera verde que se describe a sí misma como «la suma de todo mal» y que va destruyendo las vidas de aquellos que pretendan poseerla. La historia que nos ocupa, B-17, está basada en una idea original de Dan O'Bannon y que bien podría haber dado para toda una película de la Segunda Guerra Mundial que acaba convirtiéndose en una escalofriante peli de muertos vivientes. 



Un escuadrón de B-17 del ejército norteamericano está a punto de alcanzar el objetivo a bombardear mientras es acosado inmisericordemente por el fuego antiaéreo y los cazas alemanes. Los valientes artilleros tratan de defender su fortaleza volante como buenamente pueden, pero pronto mueren acribillados, al igual que el navengante, que fallece no sin antes liberar la carga en bombas que transportan. El piloto, preocupado por los daños que pueda haber sufrido el aparato, ordena a su copiloto que proceda a inspeccionar el bombardero, y éste descubre con horror que ellos dos son los únicos supervivientes a bordo. Aunque no por mucho tiempo... La maldita esfera verde impacta contra el avión provocando que todos los cadáveres se transformen en terroríficos zombis que dan buena cuenta del copiloto. El piloto, aterrado, decide saltar en paracaídas, para ir a parar a una extraña isla donde tienen a bien estrellarse todos los aviones aquejados del mismo mal no-muerto, y acaba corriendo la misma suerte que su colega.




B-17 es una maravilla de la animación zombi y casi resulta triste que no se le sacara más partido a esta brillante idea de Dan O'Bannon, como dije, con una película o una pieza de mayor metraje. Os dejo con ella, que la disfrutéis... 


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como me gusta la reseña que has hecho, cómo mola rescatar a los clásicos, mi estimado Zombi, es que ahora parace todo un poco acomodaticio. Me ha encantado, que lo sepas. Y es cierto Heavy Metal es toda una rareza y una obra de culto incuestionable que se merece un análisis propio. Cuando me recupere del extenuente análisis de ALIEN me pondré manos a la obra.

Z0MBI dijo...

Alfie, la verdad es que me encanta rescatar clásicos del género. La historia es que ya rescaté casi todos los que se lo merecían en el antiguo búnker, aunque los mezclara en la misma categoría con los cortos, de modo que ahora tengo ya poco que decir. Aunque siempre queda por ahí alguno al que hincarle el diente infeccioso.

Se me está ocurriendo que a lo mejor lo que hago es remozar los análisis y recuperar muchas de las imágenes que se han perdido...

Stigma dijo...

En Verdad Heavy Metal es una obraza toda ella. De hecho es el mundo paradisiaco de Luis Royo, con esas espectacularazas mujeres semidesnudas y con espadas en mano. Me gustaria pillar la coleccion de la revista que dio nombre a la pelicula. Seguramente todas las historias del film salieron de allí.

Z0MBI dijo...

¿El Metal Hurlant? ¿O te refieres a otra? A mi me encanta. Y las españolas como Zona 84 o Creepy me entusiasmaban también.