24 de febrero de 2011

Ojito con las dracónidas


Las dracónidas (también conocidas como Giacobínidas en honor al cometa que las origina, el 21P/Giacobini-Zinner, Gutiérrez que le veeeooo) son una lluvia de meteoros que aún no he tenido el placer de observar. En multitud de ocasiones he podido disfrutar de las perseidas, popularmente conocidas como Lágrimas de San Lorenzo (y como se divisan en Oleiros, La Coruña, en ningún otro lado, oiga), típica lluvia de meteoros estival, todo un espectáculo para los sentidos. Pero nunca he contemplado a las susodichas dracónidas y os prometo que este año lo voy a hacer.

Quizá os estéis preguntando qué demonios hago hablando de astronomía y lluvias de meteoros en un blog milenarista como zombiblogia, vuestro búnker apocalíptico. El motivo es la traducción que acabo de terminar de un libro de divulgación sobre astronomía para tiernos mozalbetes y aguerridos papás. E investigando por ahí para aclarar ciertas dudas, me he encontrado una aciaga noticia. Resulta que la NASA prevé que este año, entre el 8 y el 10 de octubre de 2011, la lluvia de las dracónidas sea, y lo digo tal y como lo anuncia la propia NASA, potencialmente peligrosa. Vale, no es que sea potencialmente peligrosa para la vida en la Tierra, lo reconozco. Resultará peligrosa para los artefactos que los humanos hemos tenido a bien poner en órbita con nuestro querido planeta, a saber: el Telescopio Espacial Hubble, los numerosísimos satélites de toda índole que pueblan nuestro firmamento y puede que la Estación Espacial Internacional (que aunque cuenta con protección para estos eventos piensan recolocarla como medida preventiva).

Pero mi entusiasmo milenarista me lleva a pensar que lejos de salir esa noche al campo a contemplar una lluvia de meteoros salvaje como pocas, lo que debemos hacer es refugiarnos, por los cuatro costados (si son seis, mucho más apropiado), por paredes cuanto más metálicas mejor. ¿Acaso no recordáis La noche del cometa, sacrosanta película que tantas veces os hemos recomendado desde zombilbogia? ¿Queréis quedar reducidos a vuestras sales elementales o, de resultar expuestos parcialmente, convertidos en zombis con cierta capacidad comunicativa e infinito mal carácter? ¿Acaso no habéis leído El día de los trífidos o visto alguna de sus adaptaciones televisivas o cinematográficas? ¿Queréis perder la visión y la cordura, merced a un espectáculo dantesco de luz y color, para luego ser devorados por las plantaciones de soja transgénica que a buen seguro darían buena cuenta de los invidentes? ¿Correréis semejantes riesgos? 

Yo no.

Ojalá simplemente nos quedemos sin televisión digital en octubre de 2011 y disfrutemos de un espectáculo maravilloso...


De cualquier manera os dejo con tres vídeos sugerentes...



3 comentarios:

SUSTOVISION dijo...

Ja, ja, ja. Esa noche tendremos que salir con casco, no nos vaya a caer un satélite encima. Por cierto, genial película "La noche del cometa", aunque si en Octubre ocurre el esperado advenimiento milenarista tal como se refleja en la peli, tendremos que sacar de los armarios la vieja ropa pasada de moda de los años 80 para estar en la onda.
Un saludo.

Z0MBI dijo...

¡Hola, amigo del SUSTO! Qué alegría verte por aquí, compañero.

Más que sacar la vieja ropa ochentera, lo suyo esa noche (o casi mejor al día siguiente) será arramplar al ritmo de Girls just wanna have fun con todo lo que encontremos por las tiendas, jejeje...

Pero como me ha dicho Blogger in the Shadows, lo vital es que la gente se gaste los puntos de movistar cuanto antes, si es de contrato. Y si es de tarjeta de prepago, que se fundan el saldo para la fecha, jejejej...

Un abrazo

Insanus dijo...

Vista El día de los trífidos a raíz de verla tantas veces nombrada por aquí, pero también tengo descargado el librito en alguna carpeta, pendiente de lectura.

Por mí encantado de que se llevaran por delante unos cuantos satélites, Zombi, los que cubren la señal de telefonía móvil, por ej, pero me daría penilla que se cascara el Hubble, que ahora que jubilan a los transbordadores, es casi el símbolo de una época.