Primal, el mal aborigen

Primal, dirigida por Josh Reed, es una película australiana con unos zombis un poco peculiares. Por ahí se dice que no son zombis en sentido estricto, que se trata más de poseídos demoníacos más en la estela de Demons o Evil Dead. Lo mejor es que veáis el trailer y juzguéis por vosotros mismos... No parece una gran película, ni mucho menos, pero si ese sonido de carne y huesos masticados no os entusiasma, nada lo hará. 

El argumento es el siguiente: hace 12000 años, los supervivientes de una diezmada tribu de aborígenes australianos realizaron un ritual para encerrar el mal que casi había logrado destruir a su comunidad. Para conmemorar el momento, realizan una pintura rupestre en las inmediaciones del lugar. 12000 años después, unos estudiantes de antropología viajan por Australia a la busca de cierta pintura rupestre con la sola pista de que aparece atestiguada en el diario de un pionero que hace un siglo enloqueció y masacró a su propia familia. Desde luego que no son buenas referencias... Alegremente, encuentran la pinturita, pero el solaz del hallazgo se ve enturbiado porque Mel, uno de los estudiantes, parece haber perdido un poco el juicio tras darse un chapuzón en una charca (una cala, una laguna, vaya usted a saber) junto a la pintura. No pasará mucho tiempo hasta que el trastornado universitario se convierta en un caníbal homicida de apetito insaciable con unos colmillos que avergonzarían a Dientes de Sable. A partir de ese instante la cosa se pone realmente difícil para la supervivencia de los estudiantes...

No sería la primera vez que desde nuestras antípodas nos sorprenden con una buena película apocalíptica o de zombis, hay más de un buen precedente. Aunque no creo que este sea el caso, Primal bien nos puede deparar un rato entretenido y alguna que otra escena interesante.

Aquí os dejo su web oficial.