15 de octubre de 2012

The Walking Dead: apocalipsis zombi ya


La editorial Errata Naturae ha tenido a bien hacerme llegar un ejemplar de su homenaje al fenómeno zombi que llevara al cómic Robert Kirkman en (y desde, porque ahí sigue) 2003 y que ahora se ha convertido en la serie más vista en Estados Unidos, de la cual está al caer la tercera temporada. Y el libro es precioso, de un naranja zombiblógico conmovedor, con una encuadernación rústica pero con cubierta de buen gramaje y solapas, lo que le aporta una buena consistencia.

Todavía no he terminado de leerlo, (la emoción ha hecho que escriba este artículo) pero ya puedo afirmar que sus páginas parecen repletas de cariño por nuestros queridos morts vivants, y que muchos de sus textos ofrecen una visión acertada y juiciosa acerca de este fenómeno de masas en que se ha convertido la serie, tanto en su versión impresa como la televisiva.

Entre sus páginas podréis encontrar un concienzudo artículo de la pluma de mi amigo Álvaro Fuentes, el papá del boom editorial zombi en este país, del que hablo bien siempre no porque sea mi amigo, sino que se ha convertido en mi amigo merced a su profundo conocimiento sobre la materia inerte pero reanimada (y bueno, porque para colmo es un tío bien majete, qué demonios).

Por aquí ya sabéis lo que opino acerca del sacrosanto trabajo realizado por Robert Kirkman, y que la primera temporada de la adaptación televisiva me dejó un sabor de boca amarguísimo. Afortunadamente, parece que los errores cometidos les sirvieron para confeccionar una muy acertada segunda temporada, por lo que espero que la tercera siga esa línea ascendente y mejore todavía más.

Acerca del libro quisiera destacar la curiosa inclusión de un relato de Poe para cerrarlo. Se trata del cuento La verdad sobre el caso del señor Valdemar, un relato en el que a través de una suerte de hipnotismo temprano o mesmerización magnética, o como os apetezca definirlo, se induce en el pobre del señor Valdemar, a la sazón in articulo mortis, a puntito de morir de tuberculosis, un estado catatónico para que no fallezca… del todo, o algo así. Los resultados fueron espeluznantes, como ya nos mostrara Narciso Ibáñez Serrador. En buena ley no se trata de un zombi propiamente dicho, pero sí que es un hermoso ejemplo, al menos, de no-muerto. Os dejo con el trailer de Two Evil Eyes, película que incluye la adaptación que de este relato hiciera en su día George Romero, con una mirada mucho más «muertoviviente», como cabía esperar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinion deberian las editoriales poner en tus manos ,para poder tener la opinion de una persona imparcial sus libros .cracias

Unknown dijo...

¡ñam ñam! ¡Carne putrefactamente fresca! Pues la obra parece ser un delicioso bocado entre tanto "pan con lo mismo", voy a ver dónde me lo puedo agenciar para hincarle el diente.

Gracias por la recomendación y seguimos vigilando el perímetro Bro.
Arrumacos en la panza a mis green berets, abrazo quiebra-costillas pa ti chamacón.

Alberto Ramos dijo...

Tengo un problema con esa editorial. Hace un par de años se me ocurrió enviarles un ejemplar dedicado de mi libro sobre el amigo Clark (no recuerdo qué motivos me impulsaron a ello, pero supongo que tuvo algo que ver con cierto buen rollo generado por su línea editorial). Pues bien, no pude enviárselo porque en ningún sitio aparecía su dirección postal y, peor aún, no les dio la gana de facilitármela.

Y lo peor de todo es que ya tenía escrita la dedicatoria.