6 de junio de 2012

¿Tránsito de Venus o el fin de los días?


Como esta noche mi colchón parecía estar hecho del asfalto de las carreteras del Valle de la Muerte, no podía dormir y aproveché para ver en directo desde la web de la NASA el tránsito de Venus frente al Sol. De no haber sido así, esta mañana habría jurado que estaba teniendo lugar un maldito apocalipsis a medio camino entre Night of the Comet y The Day of the Triffids: el amanecer de los ciegos perdidos. Me he asomado un pelín, una cosa de nada, y ya tenía le piel del rostro al rojo vivo. He sacado la mano por entre las cortinas con la timidez propia de un milenarista convencido y he tomado una fotografía como he podido, y ahí arriba tenéis el resultado: un Sol como la copa de un pino enviando su radiación sobre la Vía Láctea con una furia desmedida. A este paso, de Vía Láctea vamos a pasar a llamarla Late Macchiato.


¿Y qué he hecho? Un amigo me ha sugerido que me meta corriendo en un cine, como en Night of the Comet, pero dada la hora que era, ocho y pico de la mañana, las únicas salas que habría tenido abiertas en Madrid serán probablemente X. Ante la expectativa de morir reducido a mis sales elementales fruto de una exposición directa a la radiación, convertirme en zombi al haber sacado la manita (y medio párpado) por la ventana para hacer la foto o morir lentamente de sed pegado a una infame butaca de un cine porno, creo que lo siguiente que voy a hacer es salir a dar un paseo por el parque del Retiro, que aquí cerquita lo tengo, y convertirme en una mancha rosácea sobre el asfalto junto a un guiñapo de ropa.


Pues eso, que dicen que no es el fin del mundo, que a lo largo del día el Sol irá volviendo a su estado habitual. Esta vez ha faltado muy poco. En cualquier caso, creo que podría empezar a firmar subsiguientes entradas como «Venerable Jorge».